Los diálogos de paz de La Habana, así como las
manifestaciones sociales de la población rural hicieron
evidentes para la sociedad colombiana dos cosas: i) las
profundas dificultades estructurales que el sector rural
ha enfrentado por décadas, y las cuales han obstruido el
desarrollo rural; ii) Su importancia estratégica para la
consolidación de una paz estable y duradera.
Como resultado, diversos sectores de la sociedad
colombiana han señalado la urgente necesidad de diseñar
e implementar una política nacional para el fomento de
la competitividad del sector agropecuario y el desarrollo
rural.
La Federación en su calidad de representante de las 561
mil familias productoras de café, no es ajena a dicha
circunstancia. Por tal motivo, en el documento “Propuestas
para la Competitividad de la Actividad Cafetera” ha
compilado una serie de estrategias encaminadas a
lograr la competitividad de la caficultura y garantizar la
sostenibilidad de su tejido social.
Por una caficultura
competitiva